bErLiN (La Guía no Gay)

Lo que a continuación se transcribe es una guía rápida Viajeros a Berlín para gente no cool, no fashion, no coolfashion o superguay, de ésos que son moderné y por aquí te quiero ver. La presente guía se encuentra dividida en capítulos corrientes (comida, gente, noche, chicos/as sin tontería de arroba, idioma…), en definitiva, lo que escribiría Antonio Burgos cualquier mañana si llevase toda su vida en Berlín, verdades como puños sin medias lunas. Este manual de consejos para el viajero a Berlín no contiene rutas raras como las del Lonely Planet, providencia que nos ha guiado en la última semana y que, he concluido, es un tangue. Esta deliberada separación de la guía solitaria se fundamenta en las dos horas que nos pasamos ayer buscando en Prenzlauer Berg, barrio de acogida, un ciervo futurista en un parque escondido al lado de un taller mecánico que, con todo mi pesar, resultó ser que no estaba allí porque estaban reformando el parque y que me dio que pensar para qué carajo tiene necesidad un viajero a Berlín de buscar un ciervo futurista porque lo ponga una guía. Así que concluyendo que esta guía superchachi puede provocar en el viajero confusas decisiones (me veo a los guiris en Sevilla diciendo “Polígono sur, sur, flamenco, ole”), me limito a lo importante para quien quiera pasarse por aquí:

cOMiDa: Punto más importante y enigmático de la guía. Si alguien sabe dónde se come bien aquí, que ya no se preocupe que volvemos mañana. El viajero a Berlín no pasará hambre, hay miles de puestos callejeros y restaurantes italianos; eso sí, echará de menos un gazpacho cosa mala. Berlín es famosa por sus currywurst, una salchicha alemana más blanca que una alemana, troceada, frita en vino, y bañada en salsa de tomate con curry, finamente acompañada de patatas fritas congeladas. Una delicatesen, como su propia descripción indica, que puede estar bien para la tontería de una noche, pero a ver quién aguanta así todo el viaje. Su aroma impregna toda la ciudad. Yo olí una de lejos el primer día y mi estómago lleva malo una semana. Españoles en paro, aquí hay negocio. Como dirían aquellos, aquí te haces de oro con un puesto ambulante de serranitos, con su poquito de lomo, su tomatito, su pimientito, su poquito de mojo picón…

 

bEbIdA: Viajero español a Berlín, tráete una garrafa de seis litros de agua. ¡Una botella de menos de un litro en un bar cuesta 5,40 euros! No he preguntado si la traen de Lourdes (se entenderá cuando se lea el capítulo idioma y la gracia inexistente alemana para pillar los chistes). Aquí se bebe cerveza, y da igual que lleves tu litro por la calle, el metro o el autobús. Y se bebe a todas horas y a todas las edades. Alguna ha caído, pero si se ha leído el capítulo anterior, se entenderá que lleve una semana a coctails free alcohol, porque aquí no existe el acuarius (sólo uno grande en el que hay tiburones y medusas). Mi favorito, el tropical monson (sirope de vainilla, sirope de melón, zumo de limón, zumo de piña y zumo de melocotón). ¡Tan refrescante!

Mmmmm, ¡qué fresquito!

lIgOTeO. Si se ha leído el capítulo Bebidas, precisar que no me he vuelto mariquita y que todo se debe al primer capítulo, aunque el Viajero heterosexual a Berlín pronto comprenderá cuan desentonado está. Sólo una anécdota servirá para demostrar esta afirmación: Durante la última semana, se ha celebrado en este país el Mundial de Fútbol Femenino. ¡Y la gente lo ve! No es que lo vea, es que lo sigue entusiasmado en pantallas gigantes y ocupa las primeras páginas de todos los periódicos nacionales. (Lector español, absténgase de buscar en el Marca, no sale ni una coma). A pesar de mi lamentable estado físico propiciado por la indigestión del primer día, por la calle no me hacían muchos ascos, eso sí, me he abstenido seriamente de enseñar más pelito del pecho del debido. Aquí caben todas las opciones, hasta la de llevar a tu novia (o lo que sea) atada a la muñeca con un collar. Como punto positivo, no se te pierde; como negativo, tienes que mear la cerveza en el parque porque no te decides en cuál de los baños entrar.

Lo mejor era cuando saltaban. O lo hacían sintonizados o... arggg


cHiCaS. Franca decepción. Cuando Dios fue a repartir los atributos, aquí cayeron todos los culos-carpeta, denominación que se explica no porque te entren ganas de darle un carpetazo al verlo, sino por lo plano. Además todas son rubias, y las morenas por lo tanto según he deducido por una lógica incuestionable, aquí son las chungas, las que se pintan más que ninguna y toda la vida han querido ser rubias, pero no hija no, no han tenido esa suerte. A esto hay que añadir que la gran mayoría lucen unos peazos de tatuajes que no le caben en el cuerpo, que me pregunto yo dónde han visto que quede bonito que se tatúen todo lo que viene siendo el triángulo cuello-teta-teta. A mí francamente, me dan miedo.

una alemana-chunga por la calle. (A la modelo casi hubo que obligarla a beber... Que bien empina el codo, hija)


iDIoMA. Miedo que también se explica en a ver quién es el guapo que se atreve a plantarle cara a un mihura de más de metro ochenta que habla como un león, con esa erre que parecen que están a punto de escupirte. Si yo fuera alemán, llevaría ronco diez años. Una chica catalana de un bar de cócteles nos dijo que se pasó dos años y medio de curso en curso para hablar alemán. Aunque parece que se han aficionado a traerse palabras del castellano que le suenen bien. A la palabra Mallorca, con la que se bautiza en los restaurantes a todo lo que suene español o lleve chorizo, se le suman grupos o bares con los castizos nombres de La Chusma o La Vela Puerca, entre los que hemos podido descifrar.

Chicas tatuadas con mariposas; chicos mariposeando al lado

eSpAÑolEs ¿Por qué será que cuando oímos a un español en un país distinto nos callamos la boca y nos separamos todo lo que podemos no vayan a despertarnos de nuestro sueño aventurero? En una visita esta mañana al mercado de los domingos de Mauerpark, he comprobado que el Gobierno español no ha ponderado lo suficiente el volumen de nuestras exportaciones al exterior. Pregunta Sara en un mercado cuánto cuesta un bolso y le salta un hippie con pinta de alemán que resulta ser español que 180 euros porque lo han elaborado a mano y es de piel de camello. Aparte de que parece que sólo a mí en todo el mercado me han entrado ganas de preguntar si ellos mataron al camello con sus propias manos e hicieron el bolso o se lo han inventado porque son unos hippies guays, reparo en cuántos piojosos hemos exportado al mundo. No hay mercado ambulante en el mundo con un hippipunchi español.

Pareja de modelos en la Berlin Fashion Week


cOOl / fAsHiOn Y volvemos al principio para concluir, Viajero en Berlín, que si viajas a la ciudad en busca de la autenticidad que dice la guía del Lonely Planet sobre los creativos y alternativos que residen en ella, sólo encontrarás hippies de medio pelo, muchos pijos y niños bien con pinta de niños mal. Encontrar a un punki verdadero, de ésos que te amenazan con media litrona rota, se ha convertido en imposible por mucho que lo busques en esta renacida Berlín. Quizá en Kreuzberg, pero tienes que hincharte de andar y tener suerte. Habrá que crear una ONG Salvemos a los Punkis chungos.

¿Algo mÁs hijo, que vaya cómo te has levantado? Pues sí, una última pregunta-consejo sobre Berlín para desmentir las guías actuales. ¿Modernos como en Nueva York? ¡Ja!, pero no del alemán ja que quiere decir sí, sino del ja, ja, ja. Y otra cosa, ponerle por la noche luz a las calles por dios, que no se ve ni a quien tienes al lado. El otro día cuando me dí cuenta llevaba 20 minutos agarrado a un tío que no hablaba por no molestar.

Mapa de la reforma. Se supone que eso que parece un bicho espachurrao es el ciervo

PD: Mensaje para las familias. En realidad lo hemos pasado bien, sólo que hay días que te levantas un poco antonioburgos. Necesitamos tappers para un mes.

2 Respuestas a “bErLiN (La Guía no Gay)

  1. Oye, lo de que la salchicha de tal, «más blanca que una alemana y que puede estar bien para la tontería de una noche…» no ma quedao claro… me tienes que aclarar si esta historia de la salchicha es una metáfora o qué.
    Diviértete

    PD: Clases de alemán rápido: «Ich möcthe heute abend ein bier trinken gehen». Es todo lo que tienes que saber. No es coña. «Me gustaría sailr esta noche a tomar una cerveza». Abrazos a los dos

  2. Antoñito, me alegro de que te guste Berlin, jeje. Compraos un ampelmann (muñequito de semáforo de Berlín Este), que da mucho juego para las noches en vela. Ya me contareis de esa ciudad, que es la leche, a pesar de todo. Bssss y ya nos vemos a la vuelta, si es que volveis 😉

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