Adán en el infierno

¿Consejera, de qué? Entrevisto mañana a Mar Moreno. Me cuesta adaptarme a los cambios, lo reconozco, y 100 días después de constituirse el nuevo gobierno, me confundo con las nuevas competencias. Veremos qué le pregunto. Dicen de Mar que es una mujer inteligente. Debe serlo, tanto, que de su libro no me he enterado ni papa.

Se llama El sueño de Eva y va de lo guay que sería el mundo si, en lugar de condenar a la piba por darle un bocao a un pero, la serpiente le hubiera dicho que ‘mu bien titi’ y la mujer entonces hubiera dominao el mundo con sus valores innatos: justicia, igualdad, comprensión y todas esas cosas que sabemos que las caracterizan. Son así, todos los días, hasta aquellos en los que las nubes huelen a rosas. ¡Qué mundo nos hemos perdido¡ Una lástima, tendremos que seguir conformándonos con el fútbol y con Fernando Alonso. El libro es una reinterpretación del mito del paraíso que cumple con el título: un sueño. Tanto que me quedé frito.

Para mujer interesante, la señorita Fitzgerald, Helen Hunt en La maldición del escorpión de Jade. Chica nueva en la oficina de Woddy Hallen, sagaz investigador de seguros . “Soy más lista que usted, puede sentirse amenazada por mí”. “¿Yo?. “Tengo que irme”. “Mire chata, lo que a usted le hace falta es un buen meneo a la antigua”. “Usted no sabría por donde empezar”. “En su caso sería difícil adivinarlo”. “No me acompañe a la puerta, podrían pensar que vamos juntos”. “¿Tengo pinta de domador de bichos?”. “No, sólo de bicho”.

Me inquieta una chica a la que me encuentro, en el mismo sitio y a la misma hora, todos los días, incluidos domingos. De camino al curro yo, ella en dirección contraria. La tentación llama, ¿por qué pagamos todos el pecado original? Un día de estos le chillo. Bueno, se va a librar porque soy más de morenas. Como la Carreter, que cada día tiene más color. O Penélope Cruz. Las únicas rubias que me interesan son las que tomo en compañía de amigos, ahora que va llegando el calor y este pueblo se pone a mil grados. Un infierno, vamos, y sin taparrabos.

Una respuesta a “Adán en el infierno

  1. Que en este comentario aparezcamos Mar Moreno, Penélope y yo, me parece bien. Soy el término medio entre ambas, como imagino que ya te has dado cuenta… jajaa (Por cierto, revisa la foto de portada de Diario de Sevilla del sábado y verás que a Pe no le cerraba la cremallera del todo… Eso a la ex presidenta no le pasa).
    Me parece bien también que no le cuentes a todo el mundo la marca de mi autobronceador, pero me parece mal que Mar, Moreno de apellido y no de crema, te dé a ti la entrevista antes que a mí. Será porque eres rubio porque, también en este caso, la pedimos a la vez. Las Espadas están en alto.
    Y sobre el libro, que me lo he leído porque me lo dedicó y todo, te tengo que decir que a mí me ha gustado. Porque hace que os retratéis. Ves, a ti lo primero que se te ha venido a la cabeza es un anuncio de compresas…
    En fin, pregúntale en la entrevista qué tal le sabe el bocado de obras públicas después de moder la manzana del gobierno.
    Y a ver si tienes suerte, querido lobo, y entrevistas a Penélope en breve… (e incluso te puedes atrever a darle un bocado y luego nos lo cuentas en el blog).

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